Lo encontré en la librería Arrebato Libros. En la tapa dice que 45 años atrás costaba un dólar con 45 centavos, pero a mí me costó un poco más, je.
Encontrar este libro me llevó a conocer una historia curiosa. El título, como puede verse en la foto, es The Medium is the Massage. ¿«Massage»? Yo sabía que «mensaje» en inglés se dice message, y que massage era «masaje». Por eso, después de llevarme el libro, el título me hizo dudar. ¿Acaso había sido presa de un engaño? ¿Había pisado el palito comprando una especie de parodia?
En cuanto estuve frente a la compu, busqué la información. En efecto, mis conocimientos de inglés, pese a su escasez, esta vez no me traicionaban. Pero entonces… ¿«El medio es el masaje»? El artículo sobre McLuhan de la Wikipedia en español no hace la menor mención del asunto. La entrada en inglés sí aporta algunos datos.
Dice que el autor optó por el término «masaje» por iniciativa de Quentin Fiore, co-autor del libro, responsable de su original diseño gráfico, ya que la obra explica cómo los medios de comunicación «masajean» los sentidos de las personas. Entonces está bien, es una metáfora, pero ¿por qué la frase que se hizo célebre habla de mensaje y no de masaje?
La explicación, por fin, la encontramos en la web oficial de Marshall McLuhan. En la sección de «Preguntas frecuentes (y respuestas)», Eric, el hijo mayor del académico muerto el último día de 1980, explica:
En realidad, el título fue un error. Cuando el libro volvió de la imprenta, en la tapa aparecía la palabra «Masaje», tal como todavía ocurre. Se suponía que el título era «El medio es el mensaje», pero el tipógrafo se había equivocado. Cuando Marshall lo vio, dijo: «¡Déjenlo así! Es genial, y además ¡da justo en el blanco!». Ahora hay cuatro lecturas posibles para la última palabra del título, todas ellas precisas: «mensaje» (message), «masaje» (massage), «la era de la confusión» (mess age) y «la era de las masas» (mass age).
Me parece una historia extraordinaria. Tan extraordinaria como la escena de Annie Hall, de Woody Allen, en que hace un cameo el propio McLuhan.
«Hasta mis falacias usted las explica al revés», dice McLuhan. Maravilloso.
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